La muerte chiquita... la vida ,inspiración, la vida... el suspiro, el arte del cuerpo, la imaginación en uno mismo, el olor, el sudor indistinguible, las curvas de la espalda, el cruce de las rodillas, el cabello estorbando, el aire faltando, el amor exponiéndose, mimetismo, sensación, perdida de noción, ojos que se cierran y luego se abren para atrapar por siempre la presencia del cuerpo, del otro cuerpo que no es tu cuerpo pero que en ese instante es tuyo, suyo... del tiempo.
De nuevo, un ligero gemido... que aunque suene sensual es la más tímida voz que susurra: presencia.
Es la esencia del saber, del hacer, los verbos se unen para explotar y hacer de ese momento música... el cuerpo contra el cuerpo, las bocas encontrándose, el corazón latiendo...
El aire que entra y sale, las manos corriendo, recorriendo…
De nuevo, un ligero gemido... que aunque suene sensual es la más tímida voz que susurra: presencia.
Es la esencia del saber, del hacer, los verbos se unen para explotar y hacer de ese momento música... el cuerpo contra el cuerpo, las bocas encontrándose, el corazón latiendo...
El aire que entra y sale, las manos corriendo, recorriendo…
Sabor.
Textura.
Calor.
Todos los sentidos se fusionan en la mejor danza, el rito… el color, fragmentos de una eternidad, aunque dure unos momentos.
No existe nada más ni lo bueno ni lo malo. Las respiraciones se vuelven tu mundo...y uno volando, realmente volando...
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