Ni siquiera puedo mencionar su nombre porque pronunciar letra por letra es mencionar retal tras retal de su ser y al pensar en el suelo volverme loca.
(Debo mencionar que se me da enloquecer)
Cuando yo lo conocí el vivía en otro mundo.
(francamente sigo sin saber en qué extraña y compleja dimensión se encontraba)
A mí me enloqueció su mirada fugaz, repentina y distraída.
(aclaremos que es muy fácil que yo tienda a enloquecer)
El me miraba de reojo, sin imaginar que las coincidencias nos colocarían en ese mismo espacio y lugar para volvernos "algo."
(fue mi platónico, mi aristotélico, mi más íntimo amor lejano)
El sigue viviendo en su mundo, un mundo que visto de más cerca parece estar fabricado por un niño que sueña sin parar, yo aprecio su más apasionada delicadez, su sencillez y complejidad plasmada en un trozo de papel, sus cielos de tinta, sus familias de colores... la desnudes de su arte. Su desvelado caminar. Línea por línea el conjunto que hace.
(Quizá porque no soy un gran artista puedo siempre creer que sus pinturas ya están listas)
Me gusta lo que dice.
(no estoy segura de que realmente me escuche)
Sueño con él
(soy de las que piensan que la realidad es un sueño)
Abrazo su sonrisa
(realmente me gusta su sonrisa, me enloquece su sonrisa, ya mencione que yo suelo enloquecer)
Sus besos de arándano se clavaron más que en mis labios en mi alma.
(cuando digo arándano, quise decir amaretto)
Sus ojos de farol iluminaron días tórridos
(sus palabras en francés a las que no les entendí me hicieron sentir magia)
Algunos días me hace sentir la mujer más importante
(otros días creo que se le olvida mi existencia)
Quiero tener una habitación en la luna para los dos
(suelo creer que el viaje le da miedo)
Compartimos un fragmento de mundo juntos
(aunque él sigue sin conocer mi música favorita)
Le doy mi cariño sin pedir algo a cambio más que su mera felicidad.
(...)
Cuando hablo de él a veces tartamudeo y suelo enloquecer...
Digo, eso me pasa a veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario