viernes, 29 de septiembre de 2017

Día 3. Jacaranda de septiembre

Día 3. Jacaranda



Esta tarde vi llover, toda la tarde desde mi ventana vi el agua caer sobre Bellas Artes, vi las lágrimas del cielo empañando los vidrios y mojando a los transeúntes. Las jacarandas de la entrada del metro estaban muy mojadas y se les percibía tristes. Yo creo que andaban espantadas por el temblor, no imagino la ansiedad de estar aferrado al suelo cuando uno quiere correr de miedo. La raíz, el rizoma y esa tremenda desesperación  y deseo por ser hoja suelta para volar lejos del infortunio. Miro la jacaranda, con algunas flores de color lila en pleno septiembre, su destino decía que sólo debía florear en marzo, quizá en abril pero aquí está la muy rebelde floreando cuándo se le da la gana, floreando en septiembre. Durante muchos años yo sólo floreaba en marzo y abril, después la lluvia de julio me volvía chiquita como las flores lilas pachichas de la jacaranda cuando caen al suelo y son pisadas por los transeúntes y lo anodino de su cotidiano. Mucho tiempo anduve sin ganas de adornar la ciudad con mis colores. Hoy en septiembre también me han dado ganas de florear y de escapar de mi destino de estar aferrada al piso de la ciudad lacustre, la ciudad del caos. Este septiembre quiero que la jaula se vuelva pájaro y se vuele tal como lo hubiera querido Alejandra Pizarnik, este septiembre tengo voluntad de jacaranda que quiere escapar de su rizoma y fugarse a otro barrio, a otra alameda, a otro suelo.  Este septiembre quiero escaparme de las ataduras del amor, de las expectativas que cargo en los hombros, de Plutarco y sus formas, de su amor a medias y su miedo a las despedidas. De la mujer que imagino para mí, quiero ser jacaranda floreada pero lejos de la esquina de Bellas Artes dónde tantas veces nos besamos.


lunes, 25 de septiembre de 2017

19 septiembre 2017.


Si usted no subió selfies donando o apoyando no se sienta mal, usted sabe cuánto, cómo y a dónde donó. 

Si usted subió selfies en centros de acopio, tampoco se sienta mal pues en ese momento le nació tomarse una foto junto a los suyos siendo equipo, siendo comunidad. ¡Levantando un país! 

Ni el llamado protagonismo, ni el anonimato quita valor o veracidad a sus actos. 

Si usted se quedo en su casa a llorar en su cama no se preocupe, usted tenía que desahogarse de esta tensión que produce vivir en la ciudad más lacustre e inestable.

Si usted aún tiene ganas de apoyar pero no sabe cómo le informó que usted está acompañado porque yo me siento igual.

Si a usted lo carcome la ansiedad cada que se sube al metro, respire profundamente después exhale. No sirve de nada, pero uno se hace a la idea de que si. Sino funciona llore, que no le de pena, en estos días habemos muchos con voluntad de llanto.

Si usted no quiere subir al edificio alto donde trabaja, no lo haga. Si lo hace piense estrategias eficaces para que la alerta sísmica lo agarre más cuerdo ¡Ay esa alerta sísmica que no queremos escuchar! ¡Ay esa alerta sísmica que queremos escuchar porque sabemos que el epicentro viene de más lejos y aún nos da unos segundos de misericordia para escapar! 

Si usted no puede dormir inténtelo, vuélvalo a intentar. Si usted sueña feo platique de sus sueños porque luego se vuelven miedos y el miedo no es un buen amigo. Ayer soñé que mi casa se caía, quizá usted soñó lo mismo o quizá su casa si se cayo, pero usted no está solo. 

Si usted se siente derrumbado como la ciudad  recuerde que comparte ese sentimiento con todos los que lo rodean y que juntos nos vamos a levantar.

Porque ya lo hemos hecho.
Porque lo seguiremos haciendo.
Porque no estamos solos.
Porque este septiembre como hace 32 septiembres sabemos hacer patria. 
Porque yo ya no me siento sola cuando salgo a la calle, porque sé que usted haría lo imposible por rescatarme del infortunio que da vivir en la ciudad lacustre, en la ciudad de los temblores.

No está sólo yo estoy con usted. 


                                                     Alejandra Atzín