En las calles de tu alma encontré militares,
Su presencia te parecía preventiva y tus ademanes me parecían pretenciosos.
Su presencia te parecía preventiva y tus ademanes me parecían pretenciosos.
Caminaba por las noches, en las calles de tu alma.
Me sentía vigilada, oxidada...
Fui a tu pueblo donde me dijeron que estaba tu esencia.
Pero había militares que repetían las mismas palabras que tu me diste: diplomacia, seriedad, responsabilidad. Palabras agrias.
En las calles de tu alma y en tu pueblo encontré flores
Me acerque a ellas pero los militares no me dejaron olerlas, tocarlas, sentirlas.
Me acerque a ellas pero los militares no me dejaron olerlas, tocarlas, sentirlas.
Fui a tus sueños donde me dijeron que no había militares, ni embajadores, ni presidentes municipales, fui a tus sueños.
En tus sueños encontré la voz de un niño que me decía que oliera flores, que las tocara que las sintiera, fue entonces que llegaron los militares y de buenas a primeras me despojaron de las calles de tu alma, de tu pueblo, de tus noches, de tus flores.
Alejandra Atzín.