sábado, 24 de diciembre de 2011

Inductivismo


Historia del pavo inductivista por Bertrand Russell

Este pavo descubrió que, en su primera mañana en la granja avícola, comía a las 9 de la mañana. Sin embargo, siendo como era un buen inductivista, no sacó conclusiones precipitadas. Esperó hasta que recogió una gran cantidad de observaciones del hecho de que comía a las 9 de la mañana e hizo estas observaciones en una gran variedad de circunstancias, en miércoles y en jueves, en días fríos y calurosos, en días lluviosos y en días soleados. Cada día añadía un nuevo enunciado observacional a su lista. Por último, su conciencia inductivista se sintió satisfecha y efectuó una inferencia inductiva para concluir: “Siempre como a las 9 de la mañana”. Pero ¡ay! Se demostró de manera indudable que esta conclusión era falsa cuando, la víspera de Navidad, en vez de darle la comida, le cortaron el cuello. Una inferencia inductiva con premisas verdaderas ha llevado a una conclusión falsa.



sábado, 17 de diciembre de 2011

Temas a tratar y desarrollar para la conformación de MORENAje

  1. Educación pública y de calidad    
  2. Trabajo digno y economía solidaria
  3. Jóvenes y recursos energéticos
  4. Jóvenes y Drogas
  5. Jóvenes y espacio público
  6. Jóvenes y género
  7. Jóvenes y el campo
  8. Jóvenes y vida nocturna
  9. Jóvenes y participación política
  10. Jóvenes y Medio Ambiente
  11. Jóvenes y Deporte
  12. Derecho al ocio no mercantilizado
  13. Derechos de los migrantes jóvenes y derecho a no migrar
  14. Derechos de la diversidad sexual (comunidad LGBT)
  15. Derecho a la salud reproductiva
  16. Derecho a una vida sexual plena, lúdica y afectiva
  17. Derecho a la salud y a una alimentación sana
  18. Derecho a la integridad/privacidad/personalidad/Imagen propia
  19. Acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs)
  20. Jóvenes Indígenas
  21. Arte y Cultura
  22. Vivienda y derecho a una vida independiente
  23. Desarrollo comunitario y trabajo voluntario
  24. Jóvenes, inserción social y no criminalización
  25. Jóvenes y seguridad

viernes, 16 de diciembre de 2011

La Luna.

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir


Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas





Jaime Sabines

(al escucharlo el día de hoy inevitablemente pensé en mi amigo Cesar´s, por cierto la foto es de su autoría)

cuento de terror

Línea azul.


Uno piensa ser valiente y entender acerca de la vida hasta que se encuentra con un letrero que dice:
Usted está aquí.


Queriendo decir.
Usted esta aquí, a las 12 de la noche en metro Toreo (Cuatro caminos) completamente sola, sin dinero (un par de monedas) sin celular, sin amigos, (quizá sin muchas ilusiones) con frío...  a sabiendas que el último vagón acaba de partir.


Nunca entendí esa frase que dice "Se fue el último tren" hasta el día de ayer.


Leyendo el cartel que dice usted está aquí, queriendo leer: usted está allá del otro lado de la ciudad, en su casa.



domingo, 11 de diciembre de 2011

“El planeta estaba aquí mucho antes que nosotros y seguirá aquí 


después de nosotros. Al planeta le va bien. Lo que nos preocupa es 


salvarnos a nosotros mismos y salvar el estilo de vida de la clase 


media.”






 Lynn Margulis

sábado, 3 de diciembre de 2011

Firme promesa.

La promesa siempre la firme promesa de no volver a tomar. Y así... Hasta el fin de las botellas, hasta el fin de los bares, hasta el fin de la ropa, hasta el fin de los pesares, hasta el fin de las palabras, hasta el fin de los quereres, hasta el fin de las quimeras...

La promesa siempre la firme promesa de no volverme a enamorar. Y así hasta el fin de los besos, y así, hasta el fin de las canciones, de los conciertos, y así como así hasta el fin de las des-horas, de las ilusiones, de las impreciciones, de los sabores, de las mordidas de labio, hasta el fin de las noches empiernadas. De la lluvia.

La promesa siempre la firme promesa de no hablar tanto, así hasta el fin de los verbos, de los enunciados, de las muletillas, de los refranes de las metáforas. Hasta el fin de las platicas nocturnas.

La promesa siempre la firme promesa de no volver a buscarte, así hasta el fin de los mensajes indirectos y también los directos, hasta el fin de la calle donde vives, hasta el final del último asiento del camión, hasta el fin de las cartas añejas, de las serenatas que canto para ti.

La promesa firme promesa de mañana sonreír ir al gimnasio, comer sano, disminuir las dosis de medicamento, leer el libro grande del librero, ser fiel, no decir groserías, ser puntual, no mal gastar dinero, arreglar mi clóset, aprender química...

Siempre una firme promesa.