domingo, 1 de diciembre de 2013

Evocación indígena.


Subiendo hacia San Félix, donde el río enseña dos dientes,donde el río enseña, bien cerrados,los dos puños de Piar exprimiendo la Hazaña,subiendo hacia San Félix vimos el arco irisque hacía el arco indio sobre su cuerda de aguas,Y entonces recordé, amigos,aquella lección de Historia que leímos en la infancia,la primera lección de Historia,en que nuestra leyenda nos inaugura el alma:Recordad la primera lección:nos dice que Colón nos descubrió en su tercer viajey habla de las corrientes aquellas que detuvieron a Colón.
Simple clase de Historia, clara como una mañanasencilla como el día de la primera novia,sueño de las primeras madrugadas,simple clase de Historia, como un día domingo,con misa de ocho y ropa almidonada,clase de Historia que nos cuenta el díaen que venían las carabelas de España,mientras , ajeno a todo lo que del mar viniera,para su novia, por los montes, buscaba flores Sorocaima.Por el estrecho tempestuoso,las tres carabelas avanzan,otra vela se iza en las espumasque abanican las piedras de la costa de Paria,las tres carabelas vienenpero del lado de los indios las veinte bocas las aguardan.
Y al enfilar hacia el Océano libre,una sombra se levanta;abiertas las piernas sobre el Delta,aferrado al suelo que sus tesoros guarda,el Orinoco de sus muslos mojados,que tiene oro en los pies y el Sol en las espaldasy la cabeza entre los cielos,en una mano tiene un arco y con veinte flechas dispara,y luchan las tres naves por avanzar y en vanoporque en el Delta le rechazael viejo indio autónomoque nació en la Parima y creció en la Guayana,y tiende el arco indígena, si, tiende el arco irisy lanza veinte flechas si vuelan veinte garzas...



Andrés Eloy Blanco

Defensa a la alegría.

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defenderla alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
           y también de la alegría.

Mario Benedetti.